¿Por qué brindar con agua es de mala suerte?
En una boda, el brindis es uno de los momentos más emotivos: miradas que se cruzan, copas que se alzan y el amor que se celebra con cada sorbo. Pero hay una regla que parece se ha extinguido y hay que seguir teniendo presente: nunca brindar con agua. ¿Sabes de dónde viene esta creencia y qué significa realmente?
Sin importar que sean los novios, los padres, padrinos, damas de honor o best men, cuando se ofrece un brindis, además de las palabras, la bebida con la que chocan las copas importa, y mucho. Pero ¿por qué? Te contamos.
El brindis y el vino
Más allá de pensar que la novia no puede tomar alcohol por estar embarazada, brindar con agua tiene un significado mucho más profundo.
De hecho, el acto de brindar tiene raíces que se remontan a la antigua Grecia y Roma. En esos tiempos, levantar una copa no solo era un gesto social, sino un ritual de gratitud y prosperidad. Por lo tanto, los griegos brindaban con vino en honor a los dioses, especialmente a Dionisio, el cual es símbolo de alegría, fertilidad y hasta abundancia. ¡Y el vino era sagrado!
Al contrario, el agua se reservaba para los rituales funerarios y de purificación. Por ello, brindar con agua era, simbólicamente, brindar por los muertos o en otras palabras, por la ausencia de la vida. De ahí nació la idea de que hacerlo atrae la mala suerte o bloquea los buenos deseos.
La superstición en la actualidad
Aunque hoy el brindis se ha vuelto más simbólico que ritual, la idea de no brindar con agua sigue vigente, en especial en eventos importantes como bodas o compromisos, vaya, momentos en los que se celebra.
Igualmente, en muchos países europeos y en América Latina, levantar un vaso de agua en lugar de una copa de vino o champaña se considera un mal augurio para los novios o los invitados. También, en casi todas las culturas, decir “¡salud!” se volvió la expresión universal para celebrar la vida.
En el mundo nupcial, la creencia está tan arraigada que incluso los brindis con bebidas sin alcohol suelen hacerse con jugo o sidra espumosa, pero nunca con agua. Ya que, la idea es mantener el espíritu de celebración y abundancia, no de abstinencia y vacío. Mientras, decir “salud” es desear larga vida, felicidad y fortaleza.
Además, en las bodas todo acto tiene un significado. Por eso, el brindis entre los novios representa el inicio de una nueva etapa llena de amor, abundancia y dicha compartida. Por lo tanto, levantar una copa con agua rompe con todo esto. Porque el agua (aunque pura), su falta de color, aroma y sabor se asocia con aquello que no tiene energía.
¡En cambio, el vino, la sidra o la champaña representan la chispa de la vida y la celebración! Así que, la efervescencia es un reflejo de la alegría, de los buenos deseos que se elevan en burbujas de esperanza. Es decir, como diría Juan Luis Guerra: “Hacer burbujas de amor por donde quiera…”
¡Salud!
Entonces, ¿por qué brindar con agua es de mala suerte? Porque, desde tiempos antiguos, se asocia más a los muertos y a la ausencia de alegría. En cambio, brindar con vino o champaña es celebrar la vida, el amor y el inicio de una nueva etapa.
En resumen, brindar con agua se interpreta como un deseo sin energía, ni chispa ni intención de prosperidad. Al final, más que una simple superstición, se trata de un acto cargado de intención.
Por último, si no quieren dar bebidas con alcohol en la fiesta, no importa, hay muchas opciones para reemplazarlas, aunque sea para que los novios brinden adecuadamente. ¡Hasta Jesús convirtió el agua en vino en las bodas de Caná! El milagro de transformar lo ordinario en extraordinario.
Así que, en tu próximo evento cuando levantes tu copa, que sea con el corazón repleto, un brindis lleno de buenos deseos y una bebida rebosante. ¡Salud!
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